Digno de Ferran Adriá es la combinación colombio-uruguaya que tenemos en la despensa. Mi compañera uruguaya me ha traído casi un kilo de dulce de leche de su país. Conaprole es su marca favorita. Como catador remuneradamente no reconocido del cremoso invento, le alabo el gusto.
Pero no podía simplemente darle de vez en cuando un lametazo a una cuchara, he tenido que generar un monstruo para los golosos. El dulce de leche uruguayo sobre las galletitas saladas Ducales era una tentación. Bajé al chino (sí, al chino a comprar galletas colombianas) que está a la vuelta de nuestro apartamento y la perversión ya estaba en casa. Este fin de semana he tenido dos veces dolor de tripa.
Ahora tengo que bajar al chino a por un candado.
Os doy un premio si es cierto que tienes que ir por un candado para poner a buen recaudo lo que queda del bote: yo hubiera apostado a que el preciado botín ya había desaparecido. Si no queréis más, yo me ofrezco voluntaria a ello ;-)
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