La idea de esta fiesta fue robada el año pasado por primera vez. Hace un tiempo, conocí a un chico que el día de Eurovisión juntaba a unos cuantos amigos y convertía esa cita en una reunión gastronómica frente al televisor. La idea me pareció genial, así que no tardé mucho en plagiarla.
El año pasado fue la prueba, este año ha habido incluso trofeo. En una apresurada decisión frente a un rotring, quedó bautizado el evento como Panzavisión. Desgraciadamente, la diosa imaginación no pasaba en ese momento por mi dormitorio. La pila bautismal ha hablado, el año que viene II Certamen Panzavisión. Será por modelos para el logotipo en mi disco duro, ¡podría hacer un casting!
¡Viva los jueces corruptos!