sábado, 19 de junio de 2010

El centro del universo

Debido a mi crecimiento en una pequeña ciudad y al periodo musical denominado pachangueo, al escuchar ciertos ritmos no puedo parar de mover mis piernas. La verdad que nunca me ha costado bailar delante de nadie. De hecho, nunca he entendido a la gente que entra en un bar o una discoteca y se pone a hablar. En la zona de marcha de mi ciudad, la ronda, la técnica era bastante sencilla. Si quieres bailar o hacer el idiota te quedas dentro del bar, si quieres hablar tranquilamente sin que la música te moleste te tomas algo fuera.

Toda esta entrada es para reivindicar esos momentos. Muchos hombres se empeñan en no mover un músculo de su cuerpo cuando cierta música está sonando. Como si moverse fuera en contra de su estática virilidad. Cuando estás bailando con una persona se crea una burbuja en torno a los dos que ningún voujer puede comprender. Muchos heterosexuales ganarían más conquistas gracias a esta técnica, la mujeres son bastante débiles ante este embrujo. Por supuesto, si no te encuentras con la estática falsa cultura.

1 comentario: