Ahora ya he sido absorbido por el mundo iPod, pero no quiero olvidar todo lo artesanal de los casetes. Todo el protocolo que conllevaba grabar una cinta, esos reproductores que sólo rebobinaban en un sentido, los esponjilla negra de los cascos,... Pero no olvidéis el accesorio principal de un WALKMANN, el lapicero Alpino.
