Adios a un ladrillo inolvidable

Ha aparecido una triste noticia en los medios, Sony va a dejar de fabricar uno de sus electrodomésticos estrella, el WALKMANN. Nunca tuve el gusto de tener uno de casa como Sony, yo siempre me compraba los más baratos. Iba a una de esas tiendas de barrio, relegadas por las actuales tiendas de chinos, y me compraba el más barato que me vendía el comerciante. Nunca he sido muy sibarita en la calidad de las pistas de audio.

Ahora ya he sido absorbido por el mundo iPod, pero no quiero olvidar todo lo artesanal de los casetes. Todo el protocolo que conllevaba grabar una cinta, esos reproductores que sólo rebobinaban en un sentido, los esponjilla negra de los cascos,... Pero no olvidéis el accesorio principal de un WALKMANN, el lapicero Alpino.

Cinismo europeo

En verano volvimos a cruzar el charco. Nos plantamos en Colombia con muchas ganas de descubrir el lema 'el peligro es que te quieras quedar'. Nunca podrá haber mejores anfitriones que nuestros amigos, nos mostraron su país en detalle. Nos mostraron cada uno de los monumentos importantes sin olvidar cada una de esas vivencias que hacen único un 'paseo'.

Cuando estás frente a una tierra que tiene tu misma lengua todas las novedades se llenan de detalles enriquecedores. Todo acrecentado con la rica dialéctica colombiana. Por lo tanto, lo que más te satisface es conversar para empaparte de cada uno de los detalles de sus relatos.

Colombia está en una ebullición económica, espero que esta última no olvide al desarrollo. Ciudades como Medellín han evolucionado gratamente en los últimos 10 años y eso se puede ver en los adoquines y la satisfacción de la gente. Era fabuloso descubrir la confianza en la clase política por parte de los ciudadanos, no se observaba una desconfianza hacía sus dirigentes. En Europa no ocurre lo mismo, nos hemos convertido en unos cínicos. Debemos darnos cuenta de que no se debe sobrepasar la delgada línea de la crítica y el cinismo. Tengo envidia de esa inocencia característica de la infancia que me mostraron los colombianos.



No debemos olvidar que los sueños no son hipócritas, son todo lo contrario, ante todo son sinceros.

La ley de Partidos

Fui muy reticente a la medida política de la ley de partidos. Ya hace más de ocho años que los dos partidos principales de España pactaron una ley que regula la admisión en el juego de la democracia a unos y no a otros. Nunca me ha parecido un buen recurso la prohibición.

Actualmente podría admitir a regañadientes que algún efecto positivo a tenido esta medida. Al menos algunos deficientes políticos, de programa de medianoche de cadena de comarcal, han sido eliminados de la papeleta.

Si vamos a permitir y mantener una clase trabajadora política, vamos a exigir un esfuerzo y una contención de las formas. Si no permitimos la presencia en las listas de partidos que no condenen la violencia terrorista, tampoco habrá que permitir incitaciones al racismo y la xenofobia. Se deberá juzgar a esa persona por su irresponsabilidad civil y tendrá que ser expulsado de su partido. Y si dicho partido no toma medidas, la aplicación directa de la ley de Partidos.

¿libertad de religión?



¡menuda discriminación positiva!

Las mujeres perfectas

Haciendo gala de una imagen al estilo de El Intermedio, haré la comparación con la película de Nicole Kidman. Cuando la señora Cospedal apareció en la escena política, tuve un poco de miedo. Me pareció una mujer con fuerza, con don de captación, incluso, con principios. Podría obtener ciertos votos indecisos del censo.

En cambio, el Partido Popular ha conseguido destruir la personalidad de una de sus representantes y convertirla en una de esas máquinas que crean los mensajes del aeropuerto o de un contestador. Cada una de las palabras era meditada en su cabeza para no contradecir nada que haya dicho su presidente o cualquiera de las estupideces de partido que poseen todas estas agrupaciones.

No sé si detrás de todo esto estará la mujer de Rajoy, como sucedía en la película de la Kidman.