lunes, 15 de marzo de 2010

Los que siempre pringan


Nunca he sido bueno en esto de la memoria. Es algo que repito bastantes veces últimamente. Pero debido a todas las cosas que intento retener, acabo perdiéndome en una multitud de descuidos. La última la han tenido que sufrir mis amigas de Calahorra.

En mi pueblo hay una nueva costumbre que consiste en dar a los novios el día de su boda el regalo de manera original. Como el presente suele ser dinero, el grupo de amigos ('cuadrilla') debe idear una especie de miniginkana para que los agasajados obtengan el número de cuenta corriente.

Mis amigas suelen ser bastante originales. Cuando se casó la doctora hicieron dos muñecos de cartón piedra. Uno con el molde de un Nenuco y otro con el de una muñeca hinchable. Metieron el Nenuco en la silueta de la mujer de plástico y obligaron a la médico primeriza a intervenir mediante cesárea.

Esta vez están tramando algo con nuestras fotos en la niñez. Así que les he mandado una serie de fotos para que elijan. Ahí es cuando mi memoria me ha vuelto a jugar una mala pasada. Menos mal que algunos me conocen y me recuerdan mis lapsus mentales.

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